La Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2022 con una importante particularidad; un recorte de casi 5 mil millones de pesos a la solicitud presupuestal hecha por el Instituto Nacional Electoral para llevar a cabo una eventual Revocación de mandato, ejercicio inédito de participación ciudadana.
Un acto paradójico, desmedido y con un sentido de revanchismo político, ya que quienes promueven dicho mecanismo de participación son los mismos que avalaron dicha disminución al gasto para que éste se lleve a cabo.
Esta acción demuestra (una vez más) como la actual administración golpea a la autoridad electoral para menoscabar sus funciones y minimizar su actuar ante un ejercicio que, legalmente, debe ser promovido por la ciudadanía y no por la movilización de sus bases y estructuras del partido en el gobierno.
Es un hecho alarmante para la democracia mexicana, desde el comienzo de este gobierno se ha visto la hostilidad y hostigamiento para con el órgano encargado de llevar a cabo elecciones locales y federales. Es peligroso, ya que en realidad todo el fin de la Revocación es un engaño.
Simplemente se busca una ratificación de su líder disfrazando el ejercicio como una solicitud ciudadana. Los únicos verdaderamente interesados en la interacción de este mecanismo son MORENA y sus seguidores, no ha hecho eco en la opinión pública ni mucho menos en los partidos de oposición.
Llevada a cabo la Revocación el presidente la aprovechará como vínculo para seguir en campaña con miras a las elecciones locales de 2022, viéndose en dos escenarios; el primero afianzando su popularidad alimentando el discurso de que la gente lo apoya aún más y potenciando nuevas afiliaciones.
El segundo, si los resultados no salen como prevé le echará la culpa al INE, ya que al no realizar bien la operatividad y logística de este ejercicio los señalará como sus detractores y enemigos del pueblo, hecho falaz al no otorgarle el financiamiento suficiente.
Ordenar al INE hacer una consulta sin los recursos suficientes es sentar las bases y un preámbulo que justifique, uno, su mala realización para alimentar el discurso antagónico del presidente de que el Instituto no funciona, dos, que es muy caro, le cuesta demasiado al pueblo que él ha encarnado desde siempre y tres que está en contra de su llamada cuarta transformación.
Sin embargo, el Instituto ya se ha pronunciado ante este hecho, informando que a pesar de la escasez de recursos no pondrá en riesgo los derechos políticos de la ciudadanía, los derechos laborales de su personal ni las actividades sustanciales que, por mandato constitucional le corresponden a ese órgano del Estado.
El INE cumplirá, como siempre lo ha hecho, con su obligación constitucional de realizar este tipo de ejercicios de participación, sin embargo, también ha advertido que hará los ajustes necesarios para garantizar los derechos de la ciudadanía, así mismo, emprenderá las acciones jurídicas pertinentes al recorte hecho por la mayoría legislativa.
Y, en su momento, si el ejercicio de la Revocación de Mandato se encuentra comprometida, no será responsabilidad suya, sino del quienes tuvieron la obligación de proveer los recursos necesarios para su eventual realización.
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