La pandemia COVID-19 a provocado una crisis humanitaria, provocando desastres naturales en México, miles de personas asechando las nuevas oportunidades recibidas en Estados Unidos por la nueva Administración del demócrata Joe Biden, lo cual ha puesto en alerta la frontera entre los dos países.
El secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, da a conocer la espera de la mayor ola de migrantes en los últimos 20 años.
Mientras que la frontera continúa cerrada por la pandemia del coronavirus, monitoreando las últimas semanas, se ha visto un aumento importante del flujo de personas, siendo miles de niños no acompañados y mexicanos que deciden marcharse de su país. Mayorkas comentó que el gobierno está trabajando para encontrar refugios de niños de 6 años a la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Las autoridades han tomando más controles, detenciones y deportaciones.
La llegada del nuevo presidente de EE.UU Joe Biden al poder y el cambio de discurso a una retórica más decente con los migrantes han alimentado ahora una nueva ola migratoria. Con su Gobierno se han puesto de acuerdo para poder poner fin a las prácticas más indecentes de Trump, ya que durante la presidencia de Donald Trump convirtió el país en un muro para aquellos que huían de la pobreza y la violencia, siendo complicado un año electoral.
Las autoridades de los ambos países han dicho que las puertas siguen cerradas para todos aquellos que no tengan la residencia o sean ciudadanos estadounidenses, estan regresando a la mayoría de los adultos solos y familias siendo el temor a una nueva caravana, que ha insistido estos días en comunicados publicados por las embajadas mexicanas en Centroamérica en que no permitirá el ingreso irregular de personas a través de la frontera sur. De esta manera México, ha tenido el fenómeno migratorio grande teniendo dos componentes, dicho por el presidente del Colegio de la Frontera. El primero es el flujo de centroamericanos de la posibilidad de cumplir un sueño y permanecer en Estados Unidos y el segundo en marcharse del país. Con la finalidad no que los motivos nuevos impulsen a la gente, con la reactivación económica después de la pandemia, que resulta más prometedora en Estados Unidos que en los países latinoamericanos.