En un movimiento que promete transformar el panorama de las comunicaciones en México para 2024, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha anunciado la apertura de nuevas concesiones para la industria radiofónica, que por supuesto incluyen frecuencias comerciales, así como estaciones comunitarias e indígenas.
Sin embargo, detrás de esta apertura de lo que se puede definir como “oportunidades” en el sector de las telecomunicaciones, es prioritario plantearse y reflexionar sobre lo que significan estas nuevas licitaciones y asignaciones, con varias preguntas.
Tras una mirada detenida, surge el primer cuestionamiento: ¿realmente estas oportunidades están al alcance de cualquier persona interesada en la radiodifusión nacional?
En el despliegue de frecuencias, el IFT plantea la posibilidad de licitar o asignar directamente, según el Programa Anual de Uso y Aprovechamiento de Bandas de Frecuencias 2024 (PABF).
Más preguntas:, ¿quiénes serán los verdaderos beneficiarios de estas concesiones? ¿Se garantiza un acceso equitativo o simplemente se abre una ventana para los gigantes del sector?
Estamos en tiempos electorales; que no se nos olvide tampoco.
La radiodifusión, con 19 concesiones en Amplitud Modulada (AM) y 42 en Frecuencia Modulada (FM), parece ser el foco central. Sin embargo, la cantidad no siempre implica diversidad ni pluralidad de voces. ¿Estamos ante una verdadera democratización de los medios o simplemente ante un cambio superficial en el paisaje radiofónico?
El panorama televisivo no escapa a la controversia, ya que se anuncian 29 nuevos canales en territorio nacional para uso social y público.
Pero, ¿cómo se asegura que estos canales realmente reflejarán la diversidad y necesidades de la audiencia? ¿O estamos destinados a ver una repetición de las mismas voces y perspectivas?
Las estaciones comunitarias e indígenas también entran en juego, con 11 localidades y nuevas frecuencias en juego. Sin embargo, ¿se han considerado realmente las necesidades y voces específicas de estas comunidades, o simplemente se les ha incluido como un gesto simbólico?
El IFT afirma que el PABF 2024 considera solicitudes recibidas desde noviembre de 2022 hasta junio de 2023, pero la letra pequeña revela que las solicitudes posteriores a julio de 2024 serán analizadas en una modificación futura.
¿Estamos ante un proceso transparente y equitativo o una puerta abierta a favoritismos y decisiones arbitrarias?
En tanto que el IFT pinta un cuadro de oportunidades y apertura, la verdadera prueba radicará en la implementación efectiva de estas concesiones.
La última pregunta: ¿serán las nuevas concesiones, las que, a través de un proceso de licitación o designación, se conviertan en un trampolín para la diversidad y la inclusión o simplemente perpetuarán las dinámicas preexistentes en el mundo de las comunicaciones en México?
En este juego de ondas, el IFT tiene en sus manos no solo el poder de distribuir frecuencias, sino también la responsabilidad de asegurar que este recurso vital no se convierta en un terreno de juego desigual.
Las respuestas, como las ondas en el espectro radioeléctrico, aún están por definirse.
Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted ¡muy buen día!
Facebook: Omar Espinosa Herrera
Instagram: omarespinosalocutor