El feminicidio no es noticia, es delito

Jaque OPINIÓN

Sabías que de 2015 a 2023 de acuerdo con datos del SESNSP han sucedido 6 mil 543 feminicidios de acuerdo a los datos recopilados de 32 fiscalías del país, datos que hacen referencia a las cifras de los casos que fueron denunciados o de los cuales tiene conocimiento la autoridad y que de estos casos 677 fueron cometidos en contra de niñas y mujeres adolescentes de entre 0 a 17 años.

Estos números que obran en las carpetas de las fiscalías mismos que por supuesto no retratan la totalidad de lo que sucede en nuestro país son monstruosamente alarmantes, pero los normalizamos porque se vuelven noticia y no, no son noticias, son homicidios, son asesinatos, son feminicidios. Cifras del delito en contra de las mujeres en el país en donde hablando de mujeres jóvenes y adultas se considera que cobra 10 víctimas cada día y en el caso de las niñas o adolescentes se comente 1 feminicidio cada 4 días.

Si es alarmante una muerte cómo los números pueden hacerlo tan frío, hacer tan frío el hablar de miles de muertes de mujeres y niñas, tan simple, tan poco empático, cómo puede parecernos solo una nota más en la que cada día lleve un nuevo nombre una nueva cara, parece que ya solo es noticia y pierde entonces su calidad de algo que nos asombra y que debería mover en nosotros las fibras más sensibles para actuar en consecuencia desde las diferentes trincheras de la sociedad porque no es un tema de la policía, o solo del estado, o de familias “disfuncionales” no, no es un tema del novio o de un loco, o de un celoso, es un tema de familia, de escuela, de la tribu que somos.

Sin embargo si esos datos con todo y todo  no son lo suficientemente crudos para decir que un feminicidio no es noticia sino un una de las muestras más brutales y extremas de la violencia creciente en contra de las mujeres deberemos reconocer en otros números que por citar un ejemplo de los 677 delitos clasificados como feminicidios en niñas y adolescentes mujeres mencionados anteriormente existe una cifra en el mismo periodo de homicidios dolosos de mujeres de entre 0 a 17 años de 2,188, con lo que entendemos entonces que 1,511 fueron clasificadas y tratadas como homicidios dolosos y no como feminicidios y esto esperando que cada uno de ellos sea justificado de acuerdo  a como hayan sucedido las cosas y claro como las autoridades interpreten o entiendan que sucedieron.

Pero entonces y para entender el tema pongamos en claro que de acuerdo al código penal federal el feminicidio se define como privación de la vida a una mujer por razones de género bajo algunas circunstancias como:  si la víctima muestra signos de violencia, si la víctima presenta muestra signos de violencia sexual, si su cuerpo es expuesto en un lugar público, si existe antecedentes demostrables de amenazas o violencia de la persona que se presuma culpable, si existía una relación sentimental, afectiva o de confianza entre a quien se señala como perpetrador y la víctima, esto entre otras elementos más que deben ser necesarios para tratar o hacer la tipificación de feminicidio, sin ser nada simple el poder demostrar que se ha cometido este delito  aún con las miles de escenas y protagonistas que los hechos nos han permitido atestiguar como noticias.

Formas muchas e impensables desde la mente humana o de una sociedad que dejaba para aquellas películas de terror o malas películas de acción crímenes tan ruines; desde matar a mujeres embarazadas, niñas sujetas a vejaciones, violaciones y muerte, niñas desaparecidas y posteriormente encontradas, mujeres extraviadas y encontradas muertas después de una cita, muertes por arma de fuego, muertes con armas blancas, muerte, muerte… muertes.

Pero consideras que cambiaría nuestra perspectiva si pudiéramos o tuviéramos que nombrar cada uno de los más de 6, 543 nombres, si tuviéramos que sumar a estos aquellos nombres de las víctimas que aún están desaparecidas, si tuviéramos que sumar el nombre de alguna de las mujeres que conocemos o si tuviéramos que sumar el de un familiar; crees que sería entonces que pediríamos acciones del gobierno, pediríamos o haríamos por cerrar una carretera hacer pintas, o marchas.

En un país de 10 mujeres muertas cada día debemos agradecer no estar en el área de expansión de una muerte por feminicidio que va más allá de perder a un ser querido. No en un país tan rico de cultura con mujeres que han formado parte de la historia escrita y con mujeres en un papel cada vez más activo dentro de la nueva historia que se escribe en la cultura, en el arte, en la política, en las aulas, con niñas artistas y mujeres llegando al espacio, con mujeres que han sido premios de la paz, mujeres que gobiernan países, entonces no la respuesta creo firmemente que es No, no debemos de acostumbrarnos a que sea noticia.

Debemos conocerlo para analizarlo, para comprenderlo y para ofrecer respuestas a la forma de actuación de la prevención, del tratado, de la condena. Porque nombrar y contar de manera real a cada una de las mujeres que ha sido víctima de feminicidio tan solo el poder hacer eso parece la posibilidad de poder buscar y reconocer al perpetrador y en el mejor de los casos en pensar en lo que en nuestra sociedad llamamos justicia, que podría ser el acercarnos a una sentencia del feminicida.

Llevarlo a una sentencia en la que pueda dejar de sentir el derecho de tomar una vida sea por la razón que sea que lo haya hecho, nombrarlas a ellas es nombrarlo a él como el feminicida, como el que le quito la vida.

Y a su vez nombrarlo a él quizá nos llevé a nosotros a nombrar en donde estamos, a preguntarnos cómo educamos, a llegar a la raíz de masculinidades nocivas, a reconocer que buscaban nuestras chicas en relaciones insanas que sin ninguna justificación por lo que hizo el o la asesina la llevaron a estar en ese lugar y en ese momento, a nombrar y pedir al estado trabajar para romper el ciclo de la pobreza y la violencia, es trabajar con la estructura social y la recomposición de la misma,

Sí, si podemos hacer algo más que la condena, podemos dejar de normalizar violencias, dejar de normalizar actitudes, celos, formas de ver a las niñas, dejar de justificar violencia familiar, dejar de obligar a las niñas a tratar con quien se siente incomoda, podemos dejar de pensar que esas son cosas de ellas y ellos y que ya se arreglaran, dejar de normalizar que un pellizco, un moretón, un jalón por decir lo menos que mi hija reciba o que mi hijo o hija hagan es normal, no, no es normal. Hagamos sinergias multisectoriales y de múltiples partes interesadas para abordar estos temas, visibilicemos el tema, visibilicemos lo que nos duele porque solo así buscaremos como sanar esa herida.

Hagámoslo en casa con ellos, con ellas, démosle nombre, hagámoslo en los medios, no cuando sea noticia sino para prevenir que sean este el tipo de noticias, hagámoslo en las escuelas con ellos y con ellas, observando cómo se relacionan nuestros chicos y chicas, que normalizan, hablemos de amor y relaciones sanas, hablemos de ese monstruo social que cobra vidas y que para efectos de estas líneas cobra vidas de mujeres.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *