Este 2021, como bien sabemos, será año electoral y el descontento general es bastante notorio, la administración actual tanto federal como estatal llegaron tocando las puertas de los hogares pidiendo un voto de confianza argumentando que eran distintos a los anteriores, que por fin se acabaría con la corrupción y habría una limpia general en todos los ámbitos de la administración pública, pero para sorpresa de todos el cambio no se ha notado para bien, al contrario, la situación parece ir cada vez peor.
La ciudadanía ya está harta de los engaños, ¿será que el partido dominante actual pierda lugares dentro del gobierno para la siguiente administración?, y es que, si bien es cierto aunque los datos son duros, aún hay gente que prefiere seguir confiando en los actores políticos actuales que regresar a los tiempos de antaño donde los privilegios no llegaban a todos a través de los programas sociales clientelares que en la actualidad sostienen la esperanza del gobierno actual para no perder posición frente a sus adversarios.
Claro está que no es suficiente el repartir recursos para mantener votos, la gente actualmente trata de participar ya sea a través de las redes sociales o de marchas para mostrar su claro descontento, y si esto va en aumento las cosas pueden cambiar de nuevo para los representantes populares que hoy se encuentran ocupando diversos cargos públicos.
Lo que sí es un hecho es que si los ciudadanos están tomando conciencia y en verdad quieren un cambio deberán salir a votar, obviamente con sus respectivas medidas sanitarias ante la contingencia derivada del virus SARS-CoV2, pero que no vuelva a ganar el abstencionismo porque la decisión está en cada uno de los miembros de la sociedad.
Aunque suena muy trillado es muy real, el verdadero cambio está dentro de la sociedad, todos y cada uno de sus miembros deben colaborar desde su hogar para que el cambio sea palpable y el beneficio sea común, el país es rico en cuanto a recursos que bien podrían llegar a todos sus habitantes pero el problema radica en la avaricia, la codicia y la corrupción que son males que por décadas han afectado y azotado a esta gran nación, pero nunca es tarde para empezar de cero, formando ciudadanos de bien que dejen un legado de bienestar para las generaciones futuras.
Fomentemos en caso los valores para crear ciudadanos modelo, que se preocupen por la colectividad y que sean sujetos responsables que en el futuro se convertirán en los representantes de la ciudadanía, pero creando un cambio verdadero, como el que elección tras elección esperamos todos para beneficio de este país, todo es posible si nos concentramos y hacemos lo que nos corresponde.
José Antonio Solano García. Abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho de Puebla. Se ha desempeñado como litigante en las materias mercantil y laboral, y ha ocupado el cargo de abogado corporativo en una empresa de Tecnología; aunque también ha demostrado su cariño por la labor social ocupando cargos públicos a nivel estatal y federal.