Las campañas electorales se han complejizado, producto por una parte de los avances tecnológicos y las herramientas que brinda y, por la otra, porque las sociedades han cambiado, y mucho en los últimos años.
Pensar que, haciendo lo mismo de siempre, lo de apenas unos 15 o 20 años atrás, permitirá tener buenos resultados electorales, es sencillamente estar disociado de la realidad actual.
Es claro que ha habido una proliferación de consultores políticos, muchos se han preparado, estudiado y formado al calor de las campañas; sin embargo, también han ingresado hábilmente al mercado algunos vendedores de pirotecnia electoral, es decir vender luces bonitas, que llevadas a la práctica terminan transformándose solo en humo; sin formación, preparación y menos aún experiencia. Por ello, sin importar cuantos candidatos compitan en una elección, si esta es de un solo cargo en disputa, pues ganará uno solo, y muy probablemente lo hará quien tuvo la mejor estrategia, el mejor mensaje, organización, equipo, financiamiento y quizás, un buen consultor político.
Ahora, ¿qué criterios debería tener en cuenta un candidato a la hora de seleccionar un consultor político?
Veamos algunos:
La experiencia y conocimiento son fundamentales. El conocimiento de las dinámicas políticas locales, regionales y nacionales; el haber trabajado con una variedad de candidatos, lleva a comprender las complejidades de las campañas políticas.
Como siempre he manifestado, toda campaña es única e irrepetible, por lo cual la estrategia a plantear en una campaña debe ser personalizada. Nos enfocamos en desarrollar una estrategia individualizada que se alinee con los valores del candidato, resalte sus fortalezas y se conecte con los votantes, lo cual es esencial.
No hay forma de desarrollar una campaña exitosa sin investigación exhaustiva para entender completamente el panorama político, identificar oportunidades y desafíos, y desarrollar un plan de campaña efectivo. Sin investigación, se trabaja entonces con ocurrencias.
Saber cómo comunicar el mensaje del candidato de manera efectiva a través de múltiples canales, incluyendo medios tradicionales, redes sociales y eventos en persona, es un mecanismo fundamental en cualquier campaña, y en ello no se puede improvisar.
Como es sabido, en política, las crisis son inevitables. Tener la experiencia necesaria para manejar estas situaciones delicadas y minimizar cualquier daño potencial a la reputación del candidato y a la campaña, tiene que ser uno de los valores agregador que el consultor político proporcione a cualquier campaña.
Demostrar los resultados y logros alcanzados en sus objetivos electorales en un numeroso grupo de candidatos, es el mejor historial de un consultor y que habla por sí mismo.
La asesoría no es solo al candidato, todo consultor debe contribuir con capacitar y apoyar al equipo para que puedan llevar a cabo la campaña de la manera más eficiente posible. La transmisión de conocimiento y el traslado de las experiencias combinados con el conocimiento local aporta gran valor a la campaña.
La auditaría. Es importante realizar seguimiento constante de todos y cada uno de los procesos de la campaña, para monitorear y ajustar el plan estratégico si fuera necesario, y asegurar así que se está en el camino correcto para alcanzar nuestros objetivos. Lo que implica estar siempre a la vanguardia de las últimas tendencias y tecnologías en consultoría política. Utilizar estas innovaciones ayuda a darle a las campañas una ventaja competitiva.
El compromiso con la ética, y la confidencialidad son obligaciones que todo consultor político debe mantener con altos estándares en su labor. La mayoría de los consultores políticos creen y practican el hacer campañas limpias y justas; haciendo campañas de contraste, exponiendo, no solo las debilidades del adversario, sino exponiendo ante la opinión pública el peligro que puede representar un determinado candidato de resultar electo, para que entonces los electores tengan la oportunidad de contrastar los distintos candidatos y seleccionar el que más le convenga.
Por otra parte, cuando quienes se dicen consultores, pero no tienen experiencia ni conocimiento se dan cuenta que sus ocurrencias no están teniendo éxito, entonces caen en la desesperación y sencillamente se además de traspasar cualquier consideración ética, terminan inventando acciones que en el fondo mancillan y dañan a las democracias.
La consultoría política no podría existir sin democracia, así que es un deber fundamental de todo consultor, promoverla, defenderla y cuidarla, y eso se hace respetando las leyes y la ética.
Algunos candidatos dicen que los consultores son costosos, sin embargo, lo más costoso son las campañas que se pierden, así que, a la final un consultor no solo puede hacer exponencial las posibilidades de éxito de la campaña, sino que seguramente, hará que esta sea más económica.
Por: @OrlandoGoncal