Algo estamos haciendo mal o muy mal como padres de familia, pero también como sociedad donde ahora es más importante el número de vistas y de likes en las redes sociales, que la problemática que cada día se acrecienta y peor, se empieza a normalizar.
Este fin de semana, domingo para ser precisa, las benditas redes sociales explotaron con la divulgación de un video donde se aprecia a un grupo de jóvenes propinarle una golpiza a otro joven, mientras otros más grababan, eso parecía que se trataba de un concurso de a ver quién le pegaba más fuerte y al mismo tiempo quién sacaba la mejor toma con la Estrella de Puebla de fondo.
Este video generó el odio social hacia dos hermanos, hacia sus padres, hacia la institución educativa en la que estudian y hacia su estatus social, porque al ser “gente bien”, pues cómo es posible que se comporten de esa manera, como si vestir, tomar y pasear marcas fuera sinónimo de tener valores.
Esta situación nos demostró dos cosas muy importantes; la primera es que el dinero y la educación son cosas que no van de la mano y la segunda es que la sociedad ya empieza a normalizar e incluso a justificar la violencia, es decir, si te pegaron, pega tú también y si hay alcohol de por medio (como en este caso), es indicativo de que todo tiene una razón de ser, porque los jóvenes en su sano juicio seguramente no se hubieran comportado como bestias (dicen).
¡No! Ninguna situación debería justificarse con golpear a otros hasta incluso quitarles la vida, ningún contexto de violencia amerita la validación social para aprobar esos actos, así como tampoco es justificable la falta de valores, de educación y de empatía y peor aún, siendo padres de familia.
Septiembre, con 13 días que llevamos del noveno mes del año, trae consigo un incremento de tres muertos diarios de manera violenta, agosto tuvo un promedio de 71 muertos y para este mes la media es de 74 muertos diarios, cifras que maneja la Secretaría de Seguridad Ciudadana y que prenden los indicadores de alarma pero que al mismo tiempo, a nadie le interesa, seguramente son hechos aislados y los mataron porque se lo merecían. La última palabra la tiene usted.
Martha Berra