La especulación en los mercados financieros y el acaparamiento se añadieron a la sequía para impulsar el precio de los granos básicos como maíz, trigo, soya, arroz y café de amplio consumo en México a niveles no vistos en más de ocho años.
Es el caso del maíz blanco, que en el país se utiliza principalmente para la elaboración de tortillas, uno de los alimentos más consumidos por los mexicanos, pues según datos del mercado de valores, el precio de la tonelada se ha disparado 40 por ciento en lo que va del año y 120 por ciento en los pasados 12 meses.
El incremento del precio del grano no es menor, según Elvira Blanco Sánchez, representante en Puebla de la Cámara Nacional de la Industria de la Masa y de la Tortilla; están comprando la tonelada a 8 mil u 8 mil 200 pesos, mientras que en diciembre de 2020 la podían adquirir en 6 mil 500 pesos.
En primer lugar, hay que mencionar que la fijación del precio del grano en el mercado nacional se hace en función de los precios internacionales, que se cotizan en la Bolsa de Chicago, que supone no solo considera el mercado físico sino el mercado de futuros, el cual en función de ciertos factores se vuelve muy especulativo.
México es el segundo comprador a nivel mundial del grano, después de China. Esa dependencia de las importaciones y que constituye una larga y conflictiva historia del proceso de liberalización económica y de globalización, hizo, entre otras cosas, que el precio que rige internamente sea el internacional.
Y si bien la mayor parte de esa importación es de maíz amarillo, destinado a la alimentación animal, ha impactado en los precios de todos los sistemas pecuarios y del resto de las actividades de la industria derivada del maíz.
Sabemos el impacto que tiene para las familias de menores ingresos un aumento del precio de la tortilla, en detrimento de su propia alimentación; por ello no es descabellado que se pudiera valorar una intervención de las autoridades para regular el mercado y frenar el alza
Pero, no es el único caso que ha prendido las alarmas, pues el precio internacional de la soya, que suele transformarse en harina para elaboración de alimento para ganado o en aceite para consumo humano, se ha disparado 35 por ciento desde el cierre del año pasado a la fecha.
En tanto, de acuerdo con datos de mercados internacionales, en lo que va del año el precio del trigo ha aumentado 28 por ciento, el del café 21 por ciento y el del arroz 12 por ciento.
Con excepción del arroz, cuyo máximo nivel en cuanto a precios se alcanzó a mediados del año pasado debido al confinamiento por la crisis sanitaria, el costo internacional de todos los granos básicos mencionados se encuentra en su punto más alto desde 2013.