Lejos quedó el 2016 cuando el entonces diputado de 27 años, Samuel García, aparecía en los titulares de medios nacionales y extranjeros, por decidir donar su sueldo como servidor público, al distrito de sus electores, práctica que -señala-, continúa realizando. Hoy el regiomontano es parte de una nueva generación de políticos que, para acceder al poder, aprovecha el arma que mejor domina: las redes sociales, reduciendo la política -afirman los estudiosos- a un frívolo proceso de compra-venta.
El senador influencer, ha tomado expertise en construir escenarios que lo colocan como protagonista, y difundir mensajes que -debido a su carácter disruptivo- son retomados por los medios, ‘inflando’ así su relevancia y haciendo de sus dichos lo más comentado y compartido del momento, algo atractivo para figuras que, en aras de ganar popularidad, están apostando por transformarse en memes.
¿Cuál fue la génesis de esto?
Desde sus inicios, las redes hicieron de Samuel un fenómeno de la mercadotecnia. Fueron sólo 15 mil votos (.7%) con los que Samuel García superó al candidato del PAN en 2018. La clave para ganar, aun por este apretado margen, estuvo en las “benditas redes sociales”.
Lo sabe, y el reto que decidió afrontar es diferenciarse del resto de su gremio, para que -en sus palabras- “lo volteen a ver”. Y ha funcionado. ¿O no?
Sea que se trate de una declaración sobre las rodillas de su esposa, su trágica infancia jugando golf, o una de las más recientes, comentando sobre suelditos de 50 mil pesos, Samuel ha sabido explotar esta herramienta que, en tiempos de pandemia, será determinante para ganar o perder adeptos. Ahora bien, ¿ser popular a costa de lo que sea, es benéfico para alguien que se perfila a gobernar un estado como Nuevo León?
En su momento Carlos Alazraki, entonces publicista de Roberto Madrazo señaló que, para él era lo mismo promover la imagen de un político que un refresco embotellado. Todos sabemos el resultado. Hubo una campaña exitosa mediáticamente, pero al impactar en lo político, el proyecto se derrumbó.
Algo fundamental en la comunicación política es comprender el contexto económico, político y social que se vive en determinado momento, para así lograr sentido de oportunidad, y tener claro los elementos básicos de toda comunicación como lo son: emisor, mensaje, canal, receptor, algo que el senador García no ha medido asertivamente y por ello la crisis de comunicación que enfrenta.
La comunicación política en redes sociales es mucho más que un «like», un video viral y un meme gracioso, implica el metamensaje, de lo contrario será un momento más en las redes sociales como cientos que las inundan a diario. Nada más.
Desde esta perspectiva, Samuel García es un producto del actual sistema electoral neoleonés, y mientras ese contexto no cambie, seguirán apareciendo políticos “influencers” que compitan por likes… y por votos.
Víctor Galicia Montiel
Consultor en comunicación para campañas políticas, empresas y gobiernos.
@GaliciaMontiel