Con las elecciones en México 2024 en pleno desarrollo, la directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Carola García Calderón, señala un cambio significativo en el panorama electoral.
Ya no solo se enfrentan los candidatos a la apatía ciudadana, sino también a la ‘tiktokización’ de la política, un fenómeno que está transformando la manera en que se comunica y percibe la política en la era digital.
Según la académica, las campañas políticas han experimentado un cambio notable en la actualidad. Ya no se limitan únicamente a los tradicionales spots publicitarios, sino que los candidatos ahora deben adoptar un enfoque más divertido y conciso en sus mensajes.
Existe un claro interés por parte de los políticos en acercarse al espectáculo, buscando destacar, aparecer y ser visibles en las plataformas virtuales.
Las estrategias de hacer y comunicar propaganda, a través de las tecnologías y medios electrónicos, “piden” a los políticos ser entretenidos y graciosos si quieren conectar con la ciudadanía, sobre todo con los más jóvenes quienes pasan una parte importante de su tiempo en los espacios digitales.
“Hay que buscarlos porque serán los nuevos electores”, expuso en el acto efectuado en el auditorio del Centro de Ciencias de la Complejidad. Sin embargo, precisó que no quieren saber ni creer en los partidos, ni en la política
Es difícil hacerlos votar, y más aún por una propuesta política específica. Mucho del interés de esta población son diferentes causas sociales, pero no piensan en gobiernos, ni consideran ser parte de una decisión, ni incidir.
Dentro de los usos de internet que hace la ciudadanía, la política es uno de los últimos de sus intereses; en primer término está el entretenimiento, elaborar tareas, descargar música, acceder a pornografía, aunque también sucede en la vida cotidiana y dentro de los medios de comunicación tradicionales, puntualizó.
Explicó que la política no forma parte de nuestra vida cotidiana, pese a su impacto en todos los ámbitos, y el hecho de que se le considera como algo lejano donde los ciudadanos no intervienen, ni tienen nada que ver, ni importan sus propuestas, ni ideales de partido, tampoco cambios estructurales.