El 2 de junio de 2024 marcará un hito en la historia electoral de México, con una participación sin precedentes de más de 98 millones 329 mil ciudadanos inscritos en la lista nominal del Instituto Nacional Electoral (INE), quienes se dirigirán a las urnas para elegir más de 20 mil cargos de elección popular.
La normativa electoral mexicana prohíbe que los extranjeros posean una identificación del INE, así como ser inscritos en el padrón o la lista nominal, lo que les impide participar en la elección de gobernantes y representantes, tanto a nivel federal como local.
La única excepción a esta regla es para aquellos extranjeros que han adquirido la nacionalidad mexicana por naturalización, un proceso gestionado por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Una vez naturalizados, estos ciudadanos pueden obtener su credencial de elector del INE y ejercer su derecho al voto en las elecciones mexicanas.
Según el Censo Nacional de Población de 2020, 569 mil 746 personas en México han obtenido la nacionalidad mexicana por naturalización, lo que representa el 48.8% del total de residentes no nacidos en el país. Estos ciudadanos naturalizados tienen derecho a participar en las elecciones y ejercer su voto, integrándose plenamente en el proceso democrático del país. Esta inclusión refleja el compromiso de México con la igualdad y la participación ciudadana en su sistema electoral.
No obstante, a pesar de tener derecho al voto, los mexicanos por naturalización y aquellos con doble nacionalidad no disfrutan de todos los derechos políticos que tienen los mexicanos por nacimiento con una sola nacionalidad. Por ejemplo, hay ciertos cargos que les están vedados, como la titularidad de algunos órganos autónomos y la Presidencia de la República, que solo pueden ser ocupados por mexicanos por nacimiento sin doble nacionalidad. Esta distinción refleja las particularidades legales y constitucionales en torno a la ciudadanía y el ejercicio pleno de los derechos políticos en México.
El próximo domingo 2 de junio no solo se decidirá por los próximos líderes y representantes de México, sino que, también será un reflejo del compromiso de la ciudadanía con el ejercicio democrático. En un país con una rica diversidad cultural y una creciente población de ciudadanos naturalizados, la inclusión y la igualdad en los derechos políticos siguen siendo temas centrales, para el desarrollo democrático y social de la nación. Esta elección no solo marcará el rumbo político del país, sino también su compromiso con la equidad y la participación ciudadana en la vida democrática.