No es Bullying, se llama homicidio

Jaque OPINIÓN

Se llama homicidio, la que realizó el acto en este caso se llama Azahara, los que opinamos y condenamos tenemos miles de nombres, los que resolverán tienen un nombre y un cargo en el Sistema de Justicia Penal para Adolescentes, la directora, maestros y maestras, compañeros y compañeras tienen sus nombres y lo refiero así porque entre más claro tengamos lo que pasa y seamos conscientes de intentar entender lo que sucede y darle nombre podremos o estaremos en posibilidad de hacer algo.

Como sociedad debemos entender qué es lo que nos duele para saber exactamente qué hacer, no hay medicamento genérico para una enfermedad neurodegenerativa como en analogía podría parecer hoy la violencia que vivimos, de la que hacemos parte o somos usuarios involuntarios o voluntarios también porque así es. Debemos cambiar el sentido de las palabras para entender su magnitud y asumir la parte que nos toca; no tenemos una sociedad violenta sino violentada, porque es la consecuencia de lo que hacemos o dejamos de hacer en ella o incluso a nombre de ella, no es la que nos lastima, es que los que la integramos somos los que lastimamos o recibimos el castigo.

Así que el día de hoy la reflexión la llevo a que demos el nombre correcto a lo que está pasando, el caso de Norma no es un caso de bullying, eso es reducirlo a un acto recurrente dentro de un espacio educativo en donde existe un acosador y una víctima, aunque llamarla víctima considero baja las facultades de quien recibe el maltrato incluso hasta la indefensión y lo cierto es que es un acto que puede dejar de suceder. Si se previene o se actúa a tiempo o bien por lo menos se sabe identificar y actuar ante ello.

Dice la Dra. Mariam Rojas conocer es aliviar y en parte sí, creo que saber identificar permite nos permite reconocer y poder intervenir probablemente, actuar y aun con más voluntad poder prevenir, poder erradicar en un escenario ideal.

No, no se llama bullying eso ya había pasado y pasó frente a varios maestros, maestras, quizá otros adultos testigos y otros compañeros, paso días, meses y hasta años antes, paso en la secundaria y probablemente en la primaria, paso también por conocimiento de la madre según lo dice y al parecer de la hermana, pasó incluso por aquellos que se manifestaron pidiendo justicia para Norma en recientes días antes de la detención de Azahara, pero ¿dónde estaban, donde estaban cuando pasaba?

De lo que hoy hablamos no es de bullying ni se va a terminar con obligar a los maestros a capacitarse como lo menciona alguien a quien le dieron micrófono, de lo que hoy hablamos tampoco se va a terminar con menos divorcios lo que vino de voz de otro político, ni por el neoliberalismo que destruyó familias como menciona el presidente de la república ante el cuestionamiento de un reportero al que le dio tantas vueltas que su pregunta sobre dos sí solo dos de los hechos recientes de violencia y acoso lo mareo tanto verbalmente hasta llegar al fentanilo y lo que hace E.U.

Caray en verdad nos cuesta mucho darle el nombre que es y reconocer que no estamos en la fase de diagnóstico sino en una terapia intensiva en este tema. Se llama homicidio un hecho que será castigado de acuerdo a la edad de la chica con un internamiento de no más de 3 años en un centro especial y que si la chica fuera menor de 14 años ni siquiera llegaría al internamiento en este centro. Porque se debe privilegiar de acuerdo a la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para adolescentes la solución de controversias, la mediación y la justicia restaurativa.

 ¿Justicia? entonces que alguien me explique como observadora y madre qué es la justicia, y en un caso de homicidio qué podría ser la justicia restaurativa, que alguien le pregunte a la madre de Norma que es la justicia o que entiende por ella, que alguien le pregunte a los padres, hermanos y familias de tantos chicos y chicas que han llegado a concebirse como víctimas de actos de violencia qué es la justicia.

Esta Ley pretende alejarse del concepto de castigo y criminalización, pero se está alejando también de las calles en las que hoy se encuentran chicos cometiendo delitos de alto impacto como el secuestro, el homicidio, la trata de personas, delitos contra la salud. Pero regresemos al tema: Azahara no era parte de la delincuencia organizada, no formaba parte de una banda o se dedicaba al robo o la trata, ella era una estudiante, con familia, con contexto escolar, con amigos, esos mismos que la grababan, esos mismo que la subieron a redes.

Azahara vivió y convivió, aprendió disfruto o padeció a su familia, Azahara seguramente tenía sueños, claro tal como Norma quien hoy ya no tiene la oportunidad, así como Azahara quien hoy ya no tiene la oportunidad, pero es ella misma quien en tres años estará nuevamente en la sociedad con nosotros, entre nosotros y quizá con oportunidad hasta de estado va a cambiar y puede que sea nuestra vecina próximamente. Entonces después de pedir que le den muchos más años de cárcel porque eso de los tres años no es “justicia” qué hacemos.

Lo real es que ella va a salir, va a estar con nosotros y ese es un caso, solo un caso,  como ella tenemos más y más casos de violencia, de homicidio, de niños haciendo natural al descuartizado, al secuestrado, a jugarle al halcón porque eso es lo que da, porque ahí encuentra el ser parte, porque en esos espacios encuentra la empatía que no ha encontrado en la familia, en el aula, en el patio del colegio, la que no ha encontrado porque ya no puede salir a la calle a echarse una cascarita ni a jugar a las escondidillas, porque también tenemos espacios adulto céntricos, que no consideran al niño a la niña.

Hoy se llama homicidio, se llama Norma a quien vimos morir en ese capítulo que ya ni siquiera nos sorprende por la normalización de la violencia que hacemos a diario, pero también se llama Azahara por quien hoy considero debemos pedir que puedan tener sentido esos tres años de internamiento, el diagnóstico, el tratado, el abordaje de su caso, quizá la posible identificación de un trastorno.

No, no se llama bullying eso se quedó corto, hoy se llama una familia llorando la perdida de una adolescente que en este mes que está por comenzar cumpliría XV años, una justicia de papel, un proceso penal que cuide del adolescente haciéndolo diferente de un proceso de adultos, aunque el acto sea un homicidio cuando incluso entre adultos hay gente inocente en la cárcel.

Sí, hoy se llama de muchas formas y si no queremos que lleve nuestro nombre ya sea como víctima o padres, hermanos o tíos de la víctima, tenemos que ponernos un nombre de actor ante esto, cada uno de nosotros desde todas las vertientes, menos desde la simple crítica que esa no sirve, si no asumimos roles y nombres terminaremos siendo victimarios, al final culpables.

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