Nuestros jóvenes desaparecidos, la crueldad viralizada y ¿qué carajos estamos haciendo?

Jaque OPINIÓN

No sé si soy de las pocas personas que no se han atrevido a ver el tan comentado video en donde los protagonistas son los chicos de Lagos de Moreno, mismos que a la fecha tienen ya más de una semana desaparecidos, mismo video en donde de acuerdo a los comentarios y titulares de noticias que he escuchado y visto se muestra una barbarie en donde se observan las escenas al límite de la crueldad y se hizo viral después de que tanta gente lo compartió, lo viera, lo mostró y más porque hoy esas escenas monstruosas pueden rebasar el capítulo de una serie, de una película o de la peor de nuestras pesadillas dependiendo de cuál sea tu rol estos casos, y si lo dudas te invito a ponerte un par de minutos en el lugar de la madre, del padre de la hermana o la familia de uno de los chicos que además de desaparecidos hoy son protagonista de un video viral de violencia brutal y puedo hablar al aire porque insisto no me he atrevido a ver el mismo.

Pero quisiera preguntarte ¿tú qué papel jugaste en esta historia?, si en ésta en la de los chicos, tú ¿ya viste el video?, ¿lo compartiste?, ¿lo mostraste? o no lo has visto, en verdad para estos momentos sólo  estamos pensando y es válido quedarse en la queja de que el gobierno es el insensible, ¿eso es suficiente? y es que en esta ocasión no es ese mi tema la falta de sensibilidad del gobierno local o federal porque merecería todo un espacio aparte. El tema al que quiero llegar es a invitarte a voltear y preguntarte ¿qué papel estas jugando tú en esto? ¿no crees que estamos perdiendo sensibilidad?, ¿no consideras que ya estamos normalizando la violencia?, el que te quejes no te exime de nada, ¿qué carajos estamos haciendo?

¿Qué carajos estamos haciendo? Porque ellos Dante, Jaime, Roberto, Diego y Uriel de entre 19 y 22 años son nuestros jóvenes no, no son jóvenes de Guadalajara no, no solo son hijos, primos, hermanos, o de otras familias, son nuestros jóvenes tenemos hijos, tenemos alumnos, tenemos familiares o amigos entre esa edad y con esos nombres. Por qué ellos no van a poder completar los sueños, las metas o los planes para el próximo 15 de septiembre o para la próxima navidad. Todos tenemos a alguien en nuestros círculos cercanos con estos nombres, y es que entones falta que sea mi familia para que voltee a ver lo injusto, lo lento, lo podrido que está el sistema incluso para buscar justicia.

Tenemos mucho que hacer desde cada trinchera, como usuario de redes, como ciudadano que exige cuentas, como ciudadano que vota y hace seguimiento a sus políticas, participar en los foros y dar propuestas, no normalizar violencias en casa ¡Todos tenemos algo que hacer! ¡Todos tenemos una voz que levantar! estas familias en días pasados lograron convocar a gente a un movimiento por los chicos, por la paz, por los desaparecidos, pero es que no son los jóvenes de ellos, son los jóvenes de todos.

Entiéndelo así, si eso pasa en cualquier lugar no solo del país sino del mundo la ola de inseguridad, el sentimiento, el miedo nos llega todos, no es donde explota la bomba es todo lo que alcanza. La crueldad, la violencia, las agresiones comienzan con el silencio, comienzan con minimizar lo que pasa y el crimen, la violencia, los delitos crecen en donde existe la oportunidad y el silencio también es oportunidad, el desinterés es oportunidad, la falta de empatía es oportunidad.

Lo que no ayuda a prevenir permite generar estos estados de los que nos desgarramos las vestiduras en decir que está mal, el país no es de un hombre, estés o no estés con este hombre el país es de todos, el día a día lo transitamos todos, el miedo lo sentimos muchos, el terror lo hemos compartido varios y hoy la falta de empatía nos tiene buscando, compartiendo, viendo el video o las imágenes, criticando   echando culpas.

Ojalá que el silencio de hoy no nos pese y que no sea tanto el peso que si un día necesitamos gritar por algo o por alguien ese mismo peso no nos tenga volteados o boca abajo gritando al vació.

Dante, Diego, Jaime, Roberto, Uriel ustedes son los jóvenes de todos nosotros y sea por consecuencia de actos, por actos de barbarie, resultado de disputas o del lastimoso nivel de violencia de nuestro país sea la razón que sea por la que hoy no están con sus familias y entre nosotros, perdonen nuestros silencio previo a su desaparición, perdonen nuestras distracciones como sociedad, perdonen el no exigir un estado de derecho, perdonen nuestra voz de queja y crítica vacía casi de silencio al no pedir un país que ustedes merecían. Sepan que si nos duelen y que su nombre será semilla, vuelvan a casa como deban volver, pero vuelvan, den paz a su familia estén en paz ustedes, no son un número por eso en esta columna no quise colocar cifras, ustedes son nuestros jóvenes por ello perdonen nuestras ofensas.

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